Fiorella Spadone - Soprano
Argumentos y libretos de óperas
“Orfeo ed Euridice”, de Christoph Willibald Gluck
Orfeo y Eurídice es una ópera en tres actos del compositor alemán Christoph Willibald von Gluck (Erasbach, 1714 – Viena 1787), con libreto de Raniero de Calzabigi basada en el mito de Orfeo, y fue estrenada en el Teatro de la Corte de Viena el 5 de octubre de 1762.
Personajes
Libreto en italiano y español
La acción se desarrolla en la Grecia mitológica.
ATTO I
Scena prima (Ameno, ma solitario boschetto di allori e cipressi, che, ad arte diradato, racchiude in un piccolo pian o la tomba di Euridice. All'alzar della tenda, al suono di mesta sinfonia, si vede occupata la scena da uno stuolo di Pastori e Ninfe, seguaci di Orfeo, che portano serti di fiori e ghirlande di mirto; e, mentre una parte di loro arder fa de' profumi, incorona il marmo e sparge fiori intorno alla tomba, intuona l'altra il Seguente coro, interrotto dai lamenti di Orfeo, che, disteso sul davanti sopra di un sasso va di tempo in tempo replicando appassionatamente il nome di Euridice). PASTORI E NINFE Ah! se intorno a quest'urna funesta, Euridice, ombra bella, t'aggiri... ORFEO Eurídice! PASTORI E NINFE ... Odi i pianti, i lamenti, i sospiri Che dolenti si spargon per te. ORFEO Eurídice! PASTORI E NINFE Ed ascolta il tuo sposo infelice Che piangendo ti chiama... ORFEO Eurídice! PASTORI E NINFE ... ti chiama e si lagna; Come quando la dolce compagna tortorella amorosa perdé. ORFEO Amici, quel lamento Aggrava il mio dolore! All'ombra pietosa d'Euridice Rendete omai gli estremi onori e il marmo ne inghirlandate! PASTORI E NINFE Ah! se intorno a quest'urna funesta Euridice, ombra bella, t'aggiri, Odi i pianti, i lamenti, i sospiri, Che dolenti si spargon per te. ORFEO Restar vogl'io da sol fra l'ombre oscure Coll'empia compagnia di mie sventure! (le danze funebri cessano. Tutti si allontanano) Chiamo il mio ben così Quando si mostra il dì, Quando s'asconde. Ma, oh vano mio dolor! L'idolo del mio cor Non mi risponde. Euridice! Euridice! Ombra cara, ah, dove sei nascosta? Affannato il tuo sposo fedel invano sempre ti chiama, agli Dei ti ridomanda e sparge ai venti Con le lagrime sue invan i suoi lamenti! Cerco il mio ben così In queste, ove morì, funeste sponde. Ma sola al mio dolor, Perché conobbe amor, L'eco risponde. Euridice! Euridice! Ah, questo nome sanno le spiaggie, e le selve l'appresero da me! Per ogni valle Euridice risuona: in ogni tronco scrisse il misero Orfeo di mano tremante! Euridice moriva! ed io respiro ancor! Dei! se non torna in vita, me pur spegnete allor! Piango il mio ben così, Se il sole indora il dì, Se va nell'onde. Pietoso al pianto mio Va mormorando il rio e mi risponde. Numi! barbari Numi! D'Acheronte e d'Averno pallido abitator, la di cui mano avida delle morti mai disarmò mai trattener non seppe beltà né gioventù, voi mi rapiste la mia bella Euridice... Oh memoria crudel!... Sul fior degli anni! La rivoglio da voi, numi tiranni! Ho core anch'io per ricercar sull'orme de' più intrepidi eroi, nel vostro orrore la mia sposa, il mio bene! Scena seconda (Amore apparisce subito.) AMORE Amore assisterà l'infelice consorte! A te concede Giove, in sua pietà, Varcar le pigre onde di Lete. Va! Va! Euridice a cercar nel tetro regno! Se il dolce suon de la tua lira, Al cielo, Orfeo, saprà salir, Placata fia dei Numi l'ira e resa l'ombra cara al primo tuo sospir! ORFEO Ciel! Rivederla potrò! AMORE Se il dolce suon de la tua lira, Al cielo, Orfeo, saprà salir, Placata fia dei Numi l'ira e resa l'ombra caraa al primo tuo sospir! ORFEO Ciel! Rivederla potrò! AMORE Sì, ma sai tu qual patto, l'alta impresa per compir. Giove, il gran Nume, impone a te? ORFEO Niun suo voler mi fa tremar! per lei ad ogni prova reggo. AMORE Ascolta, ascolta allor, Orfeo! Sin che non sei fuor di quegli antri, Ti si vieta mirar la sposa tua, Se per sempre non vuoi, se non perderla ancora! Suona così lassù Il supremo voler! Ti rendi degno del celeste favor! Gli sguardi trattieni, Affrena gli accenti: Rammenta che peni, Che pochi momenti Hai più da penar. Sai pur che talora Confusi, tremanti Con chi gl'innamora Son ciechi gli amanti, Non sanno parlar. Confusi, tremanti Con chi gl'innamora Son ciechi gli amanti, Non sanno parlar. Gli sguardi trattieni, rammenta che peni, ecc. (parte) ORFEO Che disse! che ascoltai! Dunque Euridice vivrà, l'avrò presente! E dopo i tanti affanni miei, in quel momento, in quella guerra d'affetti, io non dovrò mirarla, Non stringerla al mio sen! Sposa infelice! Che dirà mai? che penserà? preveggo le smanie sue: comprendo le angustie mie. Nel figurarlo solo sento gelarmi il sangue, Tremarmi il cor... Ma... lo potrò... lo voglio, Ho risoluto. Il grande, L'insoffribil de' mali è l'esser privo dell'unico dell'alma amato oggetto; Assistetemi, o Dei, la legge accetto. Addio, addio o miei sospiri! Han speme i miei desiri! Per lei soffrir vo' tutto Ed ogni duol sfidar! Addio, addio, ecc. Per lei vo' tutto osare, ed ogni duolo e periglio sfidar! Io vo' da l'atre sponde Varcar di Stige l'onde E de l'orrendo Tartaro Le Furie superar! Per lei vo' tutto osare, ed ogni duolo e periglio sfidar! Addio, addio, ecc. Io vo' da l'atre sponde Varcar di Stige l'onde E de l'orrendo Tartaro Le Furie superar! Tutti quei superare, tutti tutti quei superar! Sì, tutti quei superar!
ACTO I
Escena primera (Agradable, pero solitario bosquecillo de laureles y cipreses, con un claro, en el que se observa en un pequeño llano, la tumba de Eurídice . Al levantar el telón, se ve la escena ocupada por una multitud de pastores, ninfas y seguidores de Orfeo llevando coronas de flores y guirnaldas de mirto; mientras una parte del coro quema incienso perfumado y colocan flores en la tumba y las esparcen po alrededor; la otra parte cantan, interrumpidos por los lamentos de Orfeo, el cual, tendido encima de una piedra va, de vez en cuando, repitiendo con pasión el nombre de Eurídice.) PASTORES Y NINFAS ¡Ah! Sí, junto a esta urna funesta, Eurídice, permanece aún tu bella sombra... ORFEO ¡Eurídice! PASTORES Y NINFAS ... escucha los llantos, lamentos, y suspiros que con dolor se derraman por ti. ORFEO ¡Eurídice! PASTORES Y NINFAS Oye a tu desgraciado esposo que llorando te llama... ORFEO ¡Eurídice! PASTORES Y NINFAS ... te llama y se lamenta; como cuando la dulce tórtola pierde a su amoroso compañero. ORFEO ¡Amigos, vuestros lamentos empeoran mi dolor! ¡A la piadosa sombra de Eurídice rendid ahora los últimos honores y llenad de coronas el mármol! PASTORES Y NINFAS ¡Ah! Sí, junto a esta urna funesta, Eurídice, permanece aún tu bella sombra escucha los llantos, lamentos, y suspiros que con dolor se derraman por ti. ORFEO Dejadme solo en la oscuridad con la cruel compañía de mi desventura (Pastores y ninfas dan fin a sus ritos funerarios y abandonan el escenario.) Así invoco a mi amada, al amanecer y en el crepúsculo. Pero, ¡cuán vana es mi pena! El ídolo de mi corazón no me contesta. ¡Eurídice! ¡Eurídice! Sombra amada, ¡ay!, ¿dónde te escondes? Tu fiel esposo afligido no cesa de llamarte en vano, a los dioses suplica tu regreso, y propaga a los cuatro vientos sus vanas lágrimas y sus lamentos. Así busco a mi bien en estas funestas orillas donde ella murió. Pero a mis quejas sólo replica el eco que mi amor conocía. ¡Eurídice! ¡Eurídice! ¡Ay! ¡Las riberas ya conocen este nombre, y los bosques lo han aprendido de mí! Resuena por todos los valles: en cada tronco lo ha escrito el desgraciado Orfeo con temblorosa mano: ¡Eurídice ya no está y yo sigo vivo! ¡Dioses, dadle nueva vida o matadme! Así lloro por mi amada cuando el sol dora el amanecer, cuando se pone en el mar. Conmovido por mis lágrimas murmura el río y me contesta. ¡Dioses! Bárbaros dioses, del Aqueronte y del Averno macilentos habitantes, cuya mano ávida de muertos nunca supo conquistar ni retener belleza o juventud, vosotros me habéis arrebatado a mi hermosa Eurídice... ¡Oh crueles recuerdos!... ¡En la flor de su juventud! ¡Os la reclamo, dioses tiranos! ¡Yo también tengo valor para seguir los pasos de los intrépidos héroes, y buscar a mi esposa, mi bien, en vuestro terrible reino! Escena segunda (Cupido aparece de repente.) CUPIDO El dios del Amor ayudará al desconsolado esposo. Júpiter te concede la gracia de traspasar las perezosas olas del Leteo. ¡Ve! ¡Ve a buscar a Eurídice en el sombrío reino! Si el dulce sonido de tu lira sabe encontrar, Orfeo, el camino del cielo, se apaciguará la ira de los dioses, y con tu primer suspiro recuperarás la querida sombra, ORFEO ¡Cielos! ¡La veré de nuevo! CUPIDO ¡Ah! ¡Si el dulce sonido de tu lira encuentra, Orfeo, el camino del cielo, se apaciguará la ira de los dioses del infierno, y con tu primer suspiro recuperarás así su sombra! ORFEO ¡Cielos! ¡La veré de nuevo! CUPIDO Sí, pero ¿sabes qué condición te impone Júpiter, el gran dios, para lograr tu empresa? ORFEO Ninguna condición suya me hace temblar; por ella afrontaré cualquier prueba. CUPIDO ¡Escucha, escucha pues, Orfeo! ¡Hasta que hayas salido de ese antro, se te prohibe mirar a tu esposa, a menos que desees perderla para siempre! ¡Así se ha expresado la voluntad suprema! ¡Sé digno del divino favor! Conten tus miradas, refrena tu lengua, recuerda cuán cortos son los momentos que aún has de sufrir. Tú sabes que a veces confusos, temblorosos, ante quien les enamora los amantes son ciegos, no aciertan a hablar; confusos, temblorosos, los amantes son ciegos ante quien les enamora, no aciertan a hablar. Conten tus miradas, recuerda cuán cortos, etc. (Sale) ORFEO ¿Qué ha dicho? ¿Qué he oído? ¡Luego Eurídice vivirá, estará presente! ¡Y después de tantos sufrimientos, en ese instante de lucha de afectos, no debo mirarla, ni estrecharla contra mi pecho! ¡Desgraciada esposa! ¿Qué dirá? ¿Qué pensará? ¡Preveo su agitación! Comprendo sus angustias. Sólo imaginarlo siento helárseme la sangre, estremecerse mi corazón... Pero... ¡Podré hacerlo... lo haré! Estoy decidido. El mayor, el más insufrible de los males es verse privado del único objeto querido del alma. Ayudadme, oh dioses, acepto la ley. Adiós, adiós, suspiros, mis deseos cobran esperanzas; todo lo sufriré por ella, y desafiaré todas las penas! Adiós, adiós, etc. ¡Todo lo arriesgaré por ella, y desafiaré todas las penas y peligros! ¡Desde la orilla opuesta cruzaré las aguas de la Estigia y venceré a las Furias del hórrido Tártaro! Todo lo arriesgaré por ella, a todos, a todos, venceré! Adiós, adiós, etc. ¡Desde la orilla opuesta cruzaré las aguas de la Estigia y venceré las Furias del hórrido Tártaro! ¡A todos venceré, a todos, a todos venceré! ¡Sí, a todos venceré!
ATTO II
Scena prima (Orrida caverna al di là della laguna Stige, offuscata poi in lontananza da un tenebroso fumo, illuminato dalle fiamme che ingombrano tutta quella orrida abitazione. Appena cangiata la scena, al suono di orribile sinfonia comincia il ballo delle Furie e degli Spettri, che viene interrotto dalle armonie della lira d'Orfeo) FURIE Chi mai dell'Erebo Fra le caligini, Sull'orme d'Ercole E di Piritoo Conduce il piè? (gli Spettri ripigliano le danze, girando intorno ad Orfeo per spaventarlo) Chi mai dell'Erebo ecc. D'orror l'ingombrino Le fiere Eumenidi, E lo spaventino Gli urli di Cerbero, Se un Dio non è. E lo spaventino ecc. D'orror l'ingombrino, ecc. ORFEO Deh! placatevi con me. Furie... FURIE No! ORFEO ...larve... FURIE No! ORFEO ... ombre sdegnose... FURIE No! ORFEO ... vi renda almen pietose Il mio barbaro dolor. FURIE No! No! No! ORFEO Deh! Placatevi con me, ecc. FURIE (raddolcito e con espressione di qualche compatimento) Misero giovine! Che vuoi, che mediti? Altro non abita Che lutto e gemito In queste orribili Soglie funeste. Che vuoi, misero giovane? Che? Altro non abita ecc. ORFEO Mille pene, ombre sdegnose, Come voi sopporto anch'io; Ho con me l'inferno mio, Io sento in mezzo al mio cor. FURIE (con maggior dolcezza) Ah qual incognito Affetto flebile, Dolce a sospendere Vien l'implacabile Nostro furor! Ah qual incognito, ecc. ORFEO Men tiranne, ah! voi sareste Al mio pianto, al mio lamento, Se provaste un sol momento Cosa sia languir d'amor. FURIE (sempre più raddolcito) Ah quale incognito Affetto flebile, Dolce a sospendere Vien l'implacabile Nostro furor!... Le porte stridano Su' neri cardini E il passo lascino Sicuro e libero Al vincitor. E il passo lascino, ecc. Le porte stridano, ecc. (le Furie e gli Spettri ripigliano le danze, poi cominciano a ritirarsi, e dileguandosi per entro le scene, ripetono l'ultima strofa del coro; il quale, continuando sempre, frattanto che si allontanano, finisce in un confuso mormorio). Scena seconda (Paesaggio delizioso per i boschetti che verdeggiano, i fiori, che rivestono i prati, i ritiri ombrosi che vi si scoprono, i fiumi ed i ruscelli che lo bagnano. Euridice, seguita da Ombre celesti di Eroi e di Eroine ) EURIDICE Questo asilo ameno e grato del riposo il terren, è il soggiorno ridente beato del sommo ben: non ingombra l'alma sicura pura, l'aura tranquilla gira, spira la calma piacere nel sen: e dell'anima il dolore muore, fuggendo il casto terren. EURIDICE, EROI ED EROINE Questo asilo ameno e grato, ecc. (Euridice dileguatasi tra i boschetti indi Coro d'Eroi e d'Eroine.) ORFEO Che puro ciel! che chiaro sol! che nuova luce è questa mai! che dolce, lusinghiera suoni dei bei cantori alati s'odon qui in questa val! Dell'aure il sussurrar il mormorar de' rivi, al riposar eterno tutto invita qui! Ma la quiete che qui tanto regna, non mi dà la felicità! Soltanto tu, Euridice, puoi far sparir dal tristo cuore mio l'affanno! I tuoi soavi accenti, gli amorosi tuoi sguardi, un tuo sorriso, sono il sommo ben che chieder voglio (si guarda intorno, inoltrandosi verso il Coro) EROI ED EROINE Giunge Euridice. Vieni a' regni del riposo, Grande eroe, tenero sposo Raro esempio in ogni età. Euridice Amor ti rende; Già risorge, già riprende La primiera sua beltà, ecc (segue il ballo degli Eroi) ORFEO anime avventurose, ah, tollerate in pace le impazienze mie! Se foste amanti, conoscereste a prova quel focoso desio, che mi tormenta, che per tutto è con me. Nemmeno in questo placido albergo esser poss'io felice, se non trovo il mio ben. EROI ED EROINE Vieni, Euridice! (a Euridice) Torna, o bella, al tuo consorte. Che non vuol che più diviso Sia da te, pietoso il ciel. Non lagnarti di tua sorte, Ché può dirsi un altro Eliso Uno sposo sì fedel. Non lagnarti di tua sorte, ecc (da un coro di Eroine vien condotta Euridice vicino ad Orfeo, il quale, senza guardarla e con un atto di somma premura, la prende per mano e la conduce subito via. Seguita poi il ballo degli Eroi ed Eroine, e si ripiglia il canto del Coro supposto continuarsi sino a tanto che Orfeo ed Euridice siano affatto fuori dagli Elisi).
ACTO II
Escena primera (Horrible caverna más allá de la laguna Estigia, en la lejanía de sus tenebrosas profundidades surgen humo y llamas que llenan toda la horrible caverna. Se inicia la escena, y al sonido de la sinfonía comienza el baile de las Furias y de los Espectros, que interrumpen el sonido de la lira de Orfeo) FURIAS ¿Quién puede ser el que a través de las nieblas del Erebo, sigue los pasos de Hércules y de Pirítoo? (Los espectros bailan, girando alrededor de Orfeo para asustarlo) ¿Quién puede ser, etc... Llénenlo de horror las crueles Furias y espántenlo los aullidos de Cerbero si no se trata de un dios; y espántenlo, etc... Llénenlo de horror, etc... ORFEO ¡Oh! Tranquilizaos, Furias... FURIAS ¡No! ORFEO ... espectros... FURIAS ¡No! ORFEO .... sombras esquivas... FURIAS ¡No! ORFEO ... mi cruel sufrimiento os infunda al menos piedad. FURIAS ¡No! ¡No! ¡No! ORFEO ¡Oh! Tranquilizaos, etc. FURIAS (Suavizándose y expresando alguna compasión) ¡Infortunado joven! ¿Qué quieres, qué esperas? Unicamente encontrarás luto y gemidos en estos horribles y funestos umbrales. ¿Qué quieres, infortunado joven? ¿Qué? Unicamente encontrarás, etc. ORFEO Sombras esquivas, yo también, como vosotras, sufro mil dolores; llevo conmigo mi propio infierno, lo siento en el fondo de mi corazón. FURIAS (con una mayor dulzura) ¡Ah!¡Qué insólito sentimiento gentil viene a detener dulcemente nuestra furia implacable! ¡Ah! ¡Qué insólito, etc. ORFEO Seríais menos severas con mis lágrimas, con mis lamentos, si por un solo instante sintierais lo que es morir de amor. FURIAS (cada vez con mayor suavidad) ¡Ah! ¡Qué insólito, sentimiento gentil viene a detener dulcemente nuestra furia implacable! Dejemos que chirríen las puertas sobre sus negros goznes; y permitamos libre y seguro paso al vencedor; y permitamos libre, etc. Dejemos que chirríen las puertas, etc. (De nuevo danzan de las Furias y espectros, después comienzan a retirarse y a desaparecer por dentro de la escena, repitiendo la última estrofa del coro, el cual, siempre cantando, mientras se aleja, acaba en un murmullo confuso) Escena segunda (Los Campos Elíseos: delicioso paisaje compuesto de verdes bosquecillos, prados cubiertos de flores y rincones umbríos bañados por ríos y arroyos. Euridice, seguida por una corte celestial de héroes y heroínas) EURÍDICE Este agradable y placentero refugio, lugar de dulce reposo, constituye la risueña y feliz residencia del bien supremo: nada estorba al alma segura y pura, flota una brisa tranquila que inspira deliciosa calma en el pecho: y en el alma desaparece el dolor, huyendo de esta tierra inmaculada. EURÍDICE, HÉROES y HEROINAS Este agradable y placentero refugio, etc. (Al acabar la celebración Eurídice y sus compañeros desaparecen entre los árboles) ORFEO ¡Qué cielo tan puro! ¡Cómo brilla el sol! ¡Qué maravillosa luz! ¡Con qué dulces y seductores sonidos hacen los bellos cantores alados que resuene este valle! El suspiro de la brisa, el murmullo de los arroyos, ¡todo invita a un eterno descanso! ¡Pero la paz que aquí reina no me proporciona la felicidad! ¡Sólo tú, Eurídice, puedes desvanecer las penas de mi triste corazón! Tus suaves palabras, tus amorosas miradas, una sonrisa tuya, son los mayores dones que querría tener. (Mira alrededor y se vuelve hacia el coro) HÉROES, HEROÍNAS Acércate Eurídice. Ven al reino de la paz, gran héroe, tierno esposo, raro ejemplo de todos los tiempos. El dios del Amor te devuelve a Eurídice; ya resucita, ya recupera su primitiva belleza, etc. (Prosigue el baile de los héroes) ORFEO ¡Afortunados espíritus, sufrid, ay, con calma mi impaciencia! Si fuerais amantes, sabríais por experiencia el ardiente deseo que me atormenta, que no me abandona. Ni siquiera en este lugar de paz puedo llegar a ser feliz si no encuentro a mi amada. HÉROES y HEROÍNAS ¡Ven, Eurídice! (A Eurídice) Vuelve, oh hermosa, con tu esposo, al que el cielo compasivo no quiere tener por más tiempo separado de ti. No te quejes de tu destino, pues esposo tan fiel puede semejar un nuevo Elíseo. No te quejes de tu destino, etc. (Un grupo de heroínas conducen a Eurídice junto a Orfeo quien sin mirarla y con mucha prisa la toma de la mano y la arrastra hacia afuera. Al acabar el baile de los héroes y heroínas, comienza de nuevo el canto del coro, que continúa hasta que Orfeo y Eurídice se encuentran fuera de los Campos Elíseos )
ATTO III
Scena prima (Oscura spelonca che forma un tortuoso labirinto ingombrato di massi staccati dalle rupi, che sono tutti coperti di sterpi e di piante selvaggie. Orfeo conduce per mano Euridice, sempre senza guardarla) ORFEO (ad Euridice) Vieni: segui i miei passi, Unico, amato oggetto Del fedele amor mio. EURIDICE (con sorpresa) Sei tu! M'inganno? Sogno? Veglio? Deliro? ORFEO (con fretta) Amata sposa, Orfeo son io, e vivo ancor. Ti venni fin negli Elisi a ricercar. Fra poco il nostro cielo, il nostro sole, il mondo di bel nuovo vedrai. EURIDICE Tu vivi? Io vivo? Ma per qual arte? Ma per qual via? ORFEO Saprai tutto da me. Per ora non chieder più! Marco t'affretta, e il vano importuno timor dall'alma sgombra! Ombra tu più non sei, io non son ombra. EURIDICE Che ascolto! E sarà ver? Pietosi numi, qual contento è mai questo? Io dunque, in braccio all'idol mio fra' più soavi lacci d'Amore e d'Imeneo nuova vita vivrò! ORFEO Sì, ma speranza! Ma tronchiam le dimore, ma seguiamo il cammin. Tanto è crudel la fortuna con me, che appena io credo di possederti, appena so dar fede a me stesso. EURIDICE (mesta e risentita, e ritirando la mano che stringeva quella di Orfeo) E un dolce sfogo del tenere amor mio nel primo istante che tu ritrovi me, ch'io ti riveggo, t'annoia, Orfeo! ORFEO Ah, non è ver, ma... Sappi... senti... (da sé) Oh legge crudel! Bella Euridice, inoltra i passi tuoi! EURIDICE Che mai t'affanna in sì lieto momento? ORFEO Che dirò? Lo prevvedi! (Da sè) Ecco il cimento! EURIDICE Non m'abbracci? Non parli? Guardami almen. Dimmi, son bella ancora, qual era un di? Vedi, che forse è spento il roseo del mio volto? Odi, che forse s'oscurò, quel che amasti e soave chiamasti, splendor de' sguardi miei? ORFEO Più che l'ascolto, meno resisto. (Da sè) Orfeo, coraggio! Andiamo, mia diletta Euridice! Or non è tempo di queste tenerezze, ogni dimora è fatale per noi. EURIDICE Ma un sguardo solo ORFEO À ' sventura il mirarti. EURIDICE Ah! infido! E queste son le accoglienze tue! Mi nieghi un sguardo, quando dal caro amante, e dal tenero sposo aspettarmi io doveva gli amplessi e baci! ORFEO Che barbero martir! Ma vieni e taci! EURIDICE Ch'io taccia! E questo ancora mi restava a soffrir? Dunque hai perduto la memoria, l'amore, la costanza, la fede? E a che svegliarmi dal mio dolce riposo, or ch'hai pur spente quelle a entrambi sì care d'Amore e d'Imeno pudiche faci! Rispondi, traditor! ORFEO Ma vieni, e taci. Vieni, appaga il tuo consorte! EURIDICE No, più cara è a me la morte, che di vivere con te! ORFEO Ah, crudel! EURIDICE Lasciami in pace! ORFEO No, mia vita: ombra seguace Verrò sempre intorno a te! EURIDICE Ma perché sei sì tiranno? ORFEO Ben potrò morir d'affanno, Ma giammai dirò perché. Giammai dirò perchè! ORFEO ED EURIDICE Grande, o Numi, è il dono vostro, Io conosco e grato/grata sono Ma il dolor, che unite al dono, È insoffribile per me. EURIDICE Ma perchè, perchè sei sì tiranno? ORFEO Ben potrò morir d'affanno, ma giammai dirò perchè. EURIDICE Ma perchè? ORFEO Giammai dirò perchè. ORFEO ED EURIDICE grande, o numi, è il dono vostro, ecc. Ma il dolor, ecc. Grande, o numi, è il dono vostro, ecc. (nel terminare il duello, ambedue, ciascuno dalla sua parte, si appoggiano ad un sasso) EURIDICE Qual vita è questa mai, Che a vivere incomincio! E qual funesto, terribile segreto M'asconde Orfeo? Perchè piange, e s'affligge? Ah, non ancora troppo avvezza agli affanni che soffron i viventi! A sì gran colpo manca la mia costanza: Agli occhi miei si smarrisce la luce. Oppresso in seno mi diventa affannoso il respirar. Tremo... vacillo... e sento fra l'angoscia e il terrore, da un palpito crudel vibrarmi il core. Che fiero momento! Che barbara sorte! Passar dalla morte A tanto dolor! Che fiero momento, ecc. Avvezza al contento... ...d'un placido oblio, fra queste tempeste... ORFEO Qual dolor al mio cor il gran temer che fo! Che dire? Che fare? EURIDICE ... fra queste tempeste si perde il mio cor! ORFEO Ah! Qual pensier... EURIDICE Avvezza al contento d'un placido oblio, fra queste tempeste.. ORFEO ... mi cruccian! Aita, aita vuò un sì sgraziato cor! Che dire? Che fare? EURIDICE ... fra queste tempeste si perde il mio cor! ORFEO Quanto son da compianger! EURIDICE Io vacillo, io tremo, io vacillo, io tremo... ORFEO No! Più posso soffrire! EURIDICE Che fiero momento, ecc. ORFEO Ecco un nuovo tormento! EURIDICE Amato sposo, m'abbandoni così? Mi struggo in pianto; non mi consoli? Il duol m'opprime i sensi; non mi soccorri? Un'altra volta, oh stelle, dunque morir degg'io senza un amplesso tuo, senza un addio? ORFEO Più frenarmi non posso, a poco a poco la ragion m'abbandona: oblio la legge, Euridice, a me stesso; e... (in atto di voltarsi e poi pentito) EURIDICE Orfeo... Consorte... Ah... mi sento... languir! (si getta a sedere sopra un sasso) ORFEO No, sposa! Ascolta! Se sapessi... (in atto di voltarsi a guardarla e con impeto) Ah, che fo!... Ma fino a quando in questo orrido inferno dovrò penar? EURIDICE O mio ben., ricordati... di... me! ORFEO Che affanno! Oh, come mi si lacera il cor! Più non resisto... Smanio... fremo... deliro... (si volta con impeto e la guarda) Ah! mio tesoro! EURIDICE Giusti Dei. che avvenne? (alzandosi con forza e tornando a cadere) Io manco, io moro... (muore) ORFEO Ahimè! Dove trascorsi? dove mi spinse Un delirio d'amor?... (le si accosta con fretta) Sposa!... Euridice!... (la scuote) Euridice!... diletta! Ella più non m'ode, Ella è spenta per me! Son'io, son'io, le diedi io la morte; quanto quanto sgraziato sono! Il duol mio dir non posso! Misero! ed io, In quest'ora funesta sol di morir con te, lasso! mi resta! Che farò senza Euridice? Dove andrò senza il mio ben? Che farò? Dove andrò? Che farò senza il mio ben? Dove andrò senza il mio ben? Euridice!... Euridice! Oh Dio! Rispondi! Rispondi! lo son pure il tuo fedele. Che farò ecc. Euridice... Euridice! Ah! non m'avanza Più soccorso, più speranza, Né dal mondo, né dal ciel! Che farò senza Euridice? ecc. Ah! finisca, e per sempre, Colla vita il dolor! Del nero Averno già sono insù la via! Lungo cammino non è quel che divide il mio bene da me. Si, aspetta, o cara ombra dell'idol mio! Aspetta! Aspetta! No, questa volta senza lo sposo tuo non varcherai l'onde lente di Lete. (vuol ferirsi.) Scena seconda (Amore appare subito) AMORE (lo disarma) Orfeo! che fai! ORFEO (con impeto e fuori di sé) E chi sei tu che trattenere ardisci le dovute a' miei casi ultime furie mie? AMORE Questo furore calma, deponi e riconosci Amore, ORFEO Oh, sei tu? Ti ravviso! Il duol finora tutti i sensi m'oppresse. A che venisti in sì fiero momento? Che vuoi da me? AMORE Farti felice! Assai per gloria mia soffristi, Orfeo, ti rendo Euridice, il tuo ben. Di tua costanza maggior prova non chiedo. Ecco: risorge a riunirsi con te. ORFEO Che veggo! Oh numi! Sposa! (Euridice si alza, come svegliandosi da un profondo sonno) Ah mia diletta! (con sorpresa, e corre ad abbracciare Euridice) EURIDICE Orfeo! ORFEO E pur t'abbraccio? EURIDICE E pure al sen ti stringo? ORFEO (ad Amore) Ah quale riconoscenza mia! AMORE Basta! Venite, avventurosi amanti, usciamo al mondo, ritornate a godere! ORFEO Oh fausto giorno! Oh Amor pietoso! EURIDICE Oh lieto, fortunato momento! AMORE Compensa mille pene un mio contento! EURIDICE Gaudio, gaudio son al cuore queste pene all'amor. ORFEO Tu, amor, qual piacere mischi fra affanno tal! AMORE Di duol sparisce qualsiasi pur ombra, se lo voglio io. EURIDICE Gaudio, gaudio, ecc. ORFEO Tu, Amore, qual piacere, ecc. AMORE Se'l bollor che voi infiamma l'alme vostre ognor impena, mai avrete mal alcun! ecc. EURIDICE E ORFEO Qual piacere, qual dolcezza, l'Amor ci rende, oh gran contentezza! CUPIDO All'Amor voi ognor giubilar, ringraziar. EURIDICE E ORFEO Lieto siam, ringraziam te ognor, dio d'Amor ecc. ( un cenno di Amore si cambia la scena) Scena ultima (Magnifico Tempio dedicato ad Amore. Amore, Orfeo ed Euridice, preceduti da numeroso drappello di Pastori e pastore che vengono a festeggiare il ritorno d'Euridice; e cominciano un allegro ballo, si interrompe da Orfeo, che intuona il seguente coro: ) Ballo ORFEO Trionfi Amore, e il mondo intero Serva all impero della beltà. Di sua catena talvolta amara mai fu più cara la libertà. PASTORI E PASTORE Trionfi Amore, e il mondo intero Serva all'impero della beltà, e il mondo intero ecc AMORE Talor dispera, Talvolta affanna D'una tiranna, la crudeltà. Ma poi la pena oblia l'amante Nel dolce istante della pietà! PASTORI E PASTORE Trionfi Amore, ecc EURIDICE La gelosia strugge e divora; Ma poi ristora la fedeltà. E quel sospetto Che il cor tormenta, Alfin diventa Felicità. PASTORE E PASTORI Trionfi Amore, ecc (le danze ricominciano) FIN DE L'OPERA
ACTO III
Escena primera (Una montañosa y oscura garganta repleta de pedruscos que se han ido desprendiendo de las rocas que se hallan cubiertas de maleza y vegetación salvaje. Orfeo conduce de la mano a Eurídice, siempre sin mirarla) ORFEO (A Eurídice) ¡Ven! ¡Sígueme, único, amado objeto de mi fiel amor! EURÍDICE (sorprendida) ¿Eres tú? ¿No me engaño? ¿Sueño? ¿Estoy despierta? ¿Deliro? ORFEO (con prisas) Amada esposa, soy yo Orfeo, y sigo vivo. Para buscarte he venido hasta el Elíseo. Pronto verás de nuevo el cielo, el sol, el mundo. EURÍDICE ¿Estás vivo? ¿Vivo yo? ¿Cómo? ¿Con qué ardid? ¿Con qué medios? ORFEO Te lo explicaré todo. ¡No preguntes más por ahora! ¡Apresurémonos y aleja de tu alma vanos e inoportunos temores! Ya no eres una sombra, yo tampoco soy una sombra. EURÍDICE ¿Qué oigo? ¿Será verdad? Dioses misericordiosos, ¿qué felicidad es esta? ¡En los brazos de mi amado, entre los más dulces lazos de Cupido e Himeneo viviré una vida nueva! ORFEO ¡Sí, vida mía! Pero no nos retrasemos, emprendamos el camino. La fortuna me es tan adversa que apenas puedo creer en recuperarte, apenas doy crédito a mis sentidos EURÍDICE (Triste y resentida, retirando la mano que estrecha la de Orfeo) ¡Y una dulce efusión de mi tierno amor en el instante en que me encuentras, en que te veo de nuevo, te disgusta, Orfeo! ORFEO Oh, eso no es cierto, pero... Has de saber... escucha... (para sí) ¡Oh, cruel mandato! ¡Hermosa Eurídice, apresura el paso! EURÍDICE ¿Qué te turba en tan feliz momento? ORFEO ¿Qué puedo decir? ¡Ya lo veía venir! (para sí) ¡Empieza la prueba! EURÍDICE ¿No me abrazas? ¿No me hablas? Mírame al menos. Dime, ¿sigo siendo bella como antes? Mira, ¿es que se ha marchitado el color de mis mejillas? Escucha, ¿es que se ha empañado el brillo de mi mirada que tanto te gustaba y dulcemente alababas? ORFEO Cuanto más escucho, menos puedo resistir. (para sí) ¡Valor, Orfeo! ¡Vámonos, querida Eurídice! No es momento para ternuras, cualquier retraso puede sernos fatal. EURÍDICE Pero una mirada al menos. ORFEO Mirarte puede ser fatal. EURÍDICE ¡Ah, pérfido! ¡Así me das la bienvenida! ¡Me niegas una mirada cuando de mi querido amante y tierno esposo debía esperar abrazos y besos! ORFEO ¡Qué insoportable martirio! ¡Ven y calla! EURÍDICE ¡Que me calle! ¿Tal sufrimiento me faltaba todavía? ¿Es que has perdido la memoria, el amor, la constancia, la fe? ¡Para qué despertarme de mi dulce reposo, cuando había conseguido apagar las púdicas llamas tan queridas de Cupido e Himeneo! ¡Contesta, traidor! ORFEO Ven y calla. ¡Ven, complace a tu esposo! EURÍDICE ¡No, la muerte es más deseable que vivir contigo! ORFEO ¡Ah, cruel! EURÍDICE ¡Déjame en paz! ORFEO ¡No, vida mía, mi sombra te seguirá a todas partes! EURÍDICE Pero ¿por qué eres tan tirano? ORFEO Tal vez muera de afán, pero nunca diré el porqué, ¡nunca diré el porqué! EURÍDICE Y ORFEO Grande, oh dioses, es vuestro don, lo reconozco y estoy agradecida/o. Pero el sufrimiento que conlleva me es intolerable. EURÍDICE Pero ¿por qué, por qué eres tan tirano? ORFEO Tal vez muera de afán, pero nunca diré el porqué. EURÍDICE Pero ¿por qué? ORFEO Nunca diré el porqué. ORFEO Y EURÍDICE Grande, oh dioses, es vuestro don, etc. Pero el sufrimiento, etc. Grande, oh dioses, es vuestro don, etc. (Al acabar el duelo de ambos, cada cual se dirige a su parte, y se apoyan en una roca) EURÍDICE ¡Qué clase de vida es esta que estoy comenzando! ¡Y qué funesto, terrible secreto me oculta Orfeo! ¿Por qué se lamenta y aflige? ¡Oh, aún no me he acostumbrado bastante a las inquietudes que sufren los vivos! Mi firmeza se derrumba ante tan brutales golpes; la luz se nubla ante mis ojos, una opresión en el pecho dificulta mi respiración. Tiemblo, vacilo y siento vibrar mi corazón con doloroso palpitar a causa de la angustia y el terror. ¡Qué terribles instantes! ¡Qué destino cruel! ¡Volver de la muerte para sufrir tanto! ¡Qué terribles instantes, etc. Acostumbrada a la resignación... ...de un plácido olvido, entre estas tormentas... ORFEO ¡Qué dolor para mi corazón supone este gran temor! ¿Qué decir? ¿Qué hacer? EURÍDICE ... ¡entre estas tormentas mi corazón se encuentra perdido! ORFEO ¡Ah! ¡Qué pensamientos... EURÍDICE Acostumbrada a la resignación de un plácido olvido, entre estas tormentas... ORFEO ...me asaltan! ¡Ayuda, ayuda necesita tan desgraciado corazón! ¿Qué decir? ¿Qué hacer? EURÍDICE ... entre estas tormentas mi corazón se encuentra perdido! ORFEO ¡Cuán digno de compasión soy! EURÍDICE Vacilo, tiemblo, vacilo, tiemblo... ORFEO ¡No! ¡No lo puedo soportar más! EURÍDICE ¡Qué terribles instantes, etc. ORFEO ¡He aquí un nuevo tormento! EURÍDICE Amado esposo, ¿me abandonas así? Me consumo en llanto, ¿no me consuelas? El sufrimiento abruma mis sentidos; ¿no acudes en mi ayuda? ¿De nuevo, oh estrellas, debo pues morir sin un abrazo tuyo, sin un adiós? ORFEO No puedo contenerme más, poco a poco la razón me abandona, ¡olvido lo pactado, a Eurídice y a mí mismo! Y... (Va a volverse y después se arrepiente) EURÍDICE ¡Orfeo, esposo! Ah... me siento... desfallecer. (Se deja caer para sentarse en una roca) ORFEO ¡No, esposa! ¡Escucha! Si supieses... (Va a volverse a mirarla con ímpetu) Ah ¿qué hacer? Pero ¿hasta cuándo debo sufrir en este horrible infierno? EURÍDICE ¡Amor mío, piensa... en... mí! ORFEO ¡Qué angustia! ¡Oh, cómo se me parte el corazón! No resisto más... Desvarío... tiemblo... deliro... (volviéndose hacia ella y la mira) ¡Ah! ¡Mi tesoro! EURÍDICE Justos dioses, ¿qué me sucede? (Se levanta con fuerza, pero vuelve a caer desvanecida) Desfallezco, me muero. (Muere) ORFEO ¡Ay de mí! ¿Qué ocurre? ¿A dónde me conduce mi delirio de amor? (Se le acerca con prisas) ¡Esposa! ¡Eurídice! (La sacude) ¡Eurídice! ¡Esposa! ¡Ya no me oye, ha muerto por mi culpa! Soy yo, soy yo, quien la ha matado; ¡qué desgraciado soy! ¡Mi dolor no puede expresarse! ¡Qué desgraciado! En esta hora fatal sólo me queda, ¡ay! morir contigo. ¿Qué puedo hacer sin Eurídice? ¿A dónde ir sin mi amor? ¿Qué puedo hacer? ¿A dónde ir? ¿Qué puedo hacer sin mi amor? ¿A dónde ir sin mi amor? ¡Eurídice! ¡Eurídice! ¡Oh dios! ¡Contéstame! ¡Contéstame! Pues yo soy tu fiel esposo. ¿Qué puedo hacer, etc. ¡Eurídice! ¡Eurídice! ¡Ah! ¡No recibo ya socorro ni esperanza de la tierra ni del cielo! . ¿Qué puedo hacer sin Eurídice? etc. ¡Ah! ¡Que el dolor ponga fin a la vida! ¡Ya voy camino del negro Averno! No es muy larga la distancia que me separa de mi amada. ¡Sí, espera, sombra querida de mi adorada! ¡Espera, espera! No, esta vez no cruzarás las plácidas olas del Leteo sin tu esposo. (Hace ademán de apuñalarse) Escena segunda (Cupido aparece de repente.) CUPIDO (lo detiene) Orfeo, ¿qué haces? ORFEO (con ímpetu y fuera de sí) ¿Y quién eres tú que osas detener los impulsos de mi cólera? CUPIDO ¡Calma tu ira, guarda tu arma y reconoce a Cupido! ORFEO ¡Ah! ¿Eres tú? ¡Te reconozco! El dolor abruma todos mis sentidos. ¿A qué vienes en tan penoso momento? ¿Qué quieres de mí? CUPIDO ¡Hacerte feliz! Bastante has sufrido por mí, Orfeo, te devuelvo a Eurídice, tu bien. Ya no exijo pruebas mayores de tu constancia. Mira: resucita para reunirse contigo. ORFEO ¡Qué veo! ¡Oh dioses! ¡Esposa! (Eurídice se levanta como despertándose de un profundo sueño) ¡Ah, amada mía! (Sorprendido, corre a abrazar a Eurídice) EURÍDICE ¡Orfeo! ORFEO ¿Puedo abrazarte? EURDICE ¿Puedo estrecharte contra mi pecho? ORFEO (A Cupido) ¡Oh cuán grande es mi gratitud! CUPIDO ¡Basta! ¡Venid, afortunados amantes, regresemos al mundo, volved a disfrutarlo! ORFEO ¡Oh día feliz! ¡Oh Amor compasivo! EURÍDICE ¡Oh feliz, afortunado instante! CUPIDO ¡Mis delicias compensan todas las penas! EURÍDICE Alegría, alegría dan al corazón esas penas del amor ORFEO ¡Oh, Cupido, cómo mezclas delicias y pesares! CUPIDO Toda sombra de sufrimiento desaparece si yo así lo quiero. EURÍDICE Alegría, alegría, etc. ORFEO ¡Oh, Cupido, cómo mezclas, etc. CUPIDO ¡Si la pasión que os inflama impregna totalmente vuestras almas nunca sufriréis mal alguno! etc. EURÍDICE Y ORFEO ¡Qué placer, qué dulzura nos da Cupido, oh qué gran alegría! CUPIDO Estad siempre alegres y agradecidos a Cupido. EURÍDICE Y ORFEO Somos felices, te estaremos siempre agradecidos, dios del Amor! etc. (A una señal de Cupido, cambia el decorado.) Escena última (Grandioso templo dedicado al dios del Amor. Cupido, Orfeo y Eurídice, precedidos de un numeroso grupo de pastores y pastoras que vienen a festejar el regreso de Eurídice; comienza un alegre baile, que es interrumpido por Orfeo que entona la canción) Danza ORFEO Que triunfe el amor y que todo el mundo sirva al imperio de la belleza. De su cadena, a veces amarga, nunca fue más querida la libertad. PASTORES Y PASTORAS Que triunfe el amor y todo el mundo sirva al imperio de la belleza, y que el mundo entero, etc. CUPIDO A veces desespera, a veces aflige, la crueldad de una tiranía. ¡Pero el amante olvida sus penas! PASTORES Y PASTORAS Que triunfe el amor, etc. EURÍDICE Los celos consumen y devoran; pero luego vuelve la fidelidad. Y aquella sospecha que atormenta al corazón se convierte finalmente en felicidad. PASTORES Y PASTORAS Que triunfe el amor, etc. (El baile vuelve a comenzar) FIN DE LA ÓPERA
Agradecimiento
Agradecemos especialmente la gentileza de los sitios web: Intermezzo, de Rafael Torregrosa Sánchez; y Kareol, de Eduardo Almagro López, por permitirnos utilizar parte de sus contenidos.